En este momento estás viendo Entrevista a José María Yusta. Experto en mercados energéticos

Entrevista a José María Yusta. Experto en mercados energéticos

  • Comentarios de la entrada:Sin comentarios
  • Tiempo de lectura:11 minutos de lectura

José María Yusta es experto en mercados energéticos e infraestructuras críticas y profesor titular de la Universidad de Zaragoza. Nuestra responsable de comunicación, Eva Noya, tuvo el placer de entrevistarlo hace unas semanas para despejar y alumbrar muchas cuestiones que nos hacemos todos diariamente. 

Estamos en tiempos complicados, especialmente para el sector de la energía, y no podemos obviar la situación coyuntural, también en tiempos de guerra. En este sentido, ¿cuánto ha aumentado el coste energético para el cliente final en los últimos años, especialmente desde la guerra de Ucrania?

Estamos viendo que el consumidor doméstico prácticamente ha multiplicado por 3 el coste energético. Pero los consumidores en el ámbito industrial, dependiendo del perfil de consumo y del tipo de consumidor, han llegado a multiplicar hasta por 6 el coste medio energético durante el año 2022 respecto, por ejemplo, al año 2020. Lo cual supone un incremento muy elevado de la factura eléctrica.

¿Y, cuál sería la causa principal de este aumento energético y de la situación a la que nos ha llevado?

Bueno, el principal impulsor del aumento del precio de la electricidad, es el precio del gas. Nos encontramos en un mix energético que se está descarbonizando. Sin embargo, todavía el gas tiene un peso muy importante en la producción de energía eléctrica y, de hecho, ha aumentado su peso en el mix energético español en el último año. Eso ha conducido a que, dado que el sistema de fijación de precios del mercado mayorista de energía eléctrica en España, es de tipo marginalista, la tecnología que entra a precios más caros y que está marcando el precio del mercado en cada hora, es el gas.

Nos gustaría saber cuánto tiempo se estima que se van a mantener estos altos precios de la energía eléctrica.

Aproximadamente dos años más. Estamos viviendo en una situación donde se están redirigiendo los flujos de gas natural a nivel internacional. Europa, y también España, han pasado a reducir su dependencia del gas de Rusia por gas procedente de otros lugares, principalmente aprovisionado mediante buques metaneros.

Ese gas está cotizando en los mercados internacionales a unos costes muy elevados en este momento y principalmente, en los países centroeuropeos, que son los más afectados por esa dependencia tan elevada del gas de Rusia. Están haciendo previsiones de que al menos los precios se van a mantener caros durante un par de años. Las últimas previsiones apuntan a que el precio del gas en el año 2023 puede ser incluso un 30% superior en promedio al precio del gas en el año 2022.

Comentábamos también que la subida de costes se debe, en última instancia, a esta dependencia de combustibles fósiles para la generación eléctrica. En este contexto energético y geopolítico actual, ¿son las energías renovables la garantía para la reducción del coste energético a los ciudadanos?

Lo son, de hecho, ya lo estamos comprobando como en los días, por ejemplo en esta misma semana, en que no aparece el gas en el mix energético porque hay mucho viento, mucha energía eólica, el precio se desploma, vamos a precios de mercado eléctrico muy bajos.

Y lo hemos visto incluso en los escenarios de precios elevados durante el verano, como el perfil de precios ha cambiado. Históricamente, siempre la energía eléctrica era más barata en el mercado mayorista de generación por la noche que por el día, puesto que por el día tenemos más demanda. Sin embargo, la penetración de la energía solar, que ha sido muy rápida en los últimos años desde el año 2019, hemos pasado de tener 5000 megavatios de potencia instalada en generación fotovoltaica a casi 20000 megavatios. Eso ya se está sintiendo en el perfil de los precios, los precios en las horas centrales del día son más baratos que por la noche, incluso aunque la demanda sea superior gracias a la energía solar. Por tanto, las energías renovables efectivamente son una solución para bajar el precio de la luz en el corto, en el medio y en el largo plazo.

Y, ¿que sería necesario, a nivel tecnológico, para que el sistema eléctrico sea totalmente o por lo menos en gran medida renovable?

Bueno, lo que necesitamos es que la penetración de energías renovables se vea acompañada de seguridad del suministro de energía eléctrica. Y la seguridad de suministro la están garantizando en este momento, ante la intermitencia del recurso solar o eólico, las centrales nucleares, las centrales de gas y las centrales de carbón.

Las centrales de carbón van a desaparecer en los próximos años, por lo menos en el mix energético español y, por tanto, vamos a continuar dependiendo de la generación eléctrica nuclear y de gas.

Si queremos descarbonizar el mix energético, vamos a necesitar que la energía nuclear actúe como soporte todavía de nuestro sistema, de nuestro mix, durante muchos años más. Probablemente la fecha de cierre de las centrales nucleares, que están cuatro de ellas para 2030 y las 3 restantes para 2035, habría que intentar alargar la vida útil de las centrales, siempre que sea seguro y que sea técnicamente viable y económicamente factible para dar garantías de seguridad de suministro. 

Necesitamos también desarrollar las capacidades de almacenamiento de energía, que es el aspecto en el que vamos más retrasados. Mientras no se desarrolle el almacenamiento, bien sea con baterías eléctricas o bien con bombas reversibles, no vamos a poder tener una capacidad de gestionar esa intermitencia de las energías renovables.

Y al hilo de lo que estábamos comentando, ¿podríamos decir que es el autoconsumo energético en estos momentos una buena solución para esta reducción del coste energético?

A corto plazo sí, siempre que se autoconsuma la producción de energía. Es decir, el autoconsumo fotovoltaico, por ejemplo, mediante paneles solares, bien sea en las viviendas, en las industrias o en las empresas en general. Es una buena solución, siempre que tengamos un porcentaje de autoconsumo de la energía producida elevado, porque de esa forma vamos a rentabilizar rápidamente esa inversión.

Por tanto es muy importante averiguar cuál es nuestra forma de consumo, cuál es la curva de demanda, para ver si se acopla, o no, con la curva de producción de energía a partir del sol. En otro caso tardaremos mucho tiempo en amortizar esa inversión. 

Al hilo también de unas entrevistas que estábamos leyendo que le hacían a usted sobre la comunidad energética, en este sentido, ¿qué es exactamente una comunidad energética y si podría ser la solución para el autoconsumo en entornos más urbanos?

Bueno, a día de hoy disponemos de un instrumento legal que es muy útil, que es el autoconsumo colectivo. Está regulado en el Real Decreto 244 2019 que ya permite que en el ámbito, especialmente pensado para el ámbito urbano, se disponga de una instalación de producción de energía fotovoltaica, por ejemplo en la azotea de una cubierta de un edificio, y esa producción se pueda compartir entre varios vecinos.

Esta fórmula, lo que lo que permite es compartir los costes de la inversión, por ejemplo, y repartir en la medida de lo posible y lo mejor que se pueda esa producción. 

Sin embargo, en el ámbito rural estas figuras no encajan porque están limitadas en el momento actual a 1000m de distancia, siempre que además sean cubiertas o tejados. Sin embargo, en el ámbito rural lo más frecuente es que, por ejemplo, tengamos instalaciones de riego, instalaciones de naves agrícolas, etcétera. Que distan más de 1 km de otros posibles consumidores de energía.

Pero en el ámbito de las ciudades, indudablemente el autoconsumo colectivo ya es una realidad. Ya empiezan a implantarse instalaciones de este tipo que permiten compartir la producción de energía producida entre varios consumidores.

También hay proyectos de este tipo en zonas industriales donde se comparte la energía producida entre diferentes empresas. La figura legal de las comunidades energéticas todavía no está completamente desarrollada a nivel jurídico porque hay dos directivas europeas, una de 2018 y otra de 2019.

En la primera se habla de las comunidades de energías renovables, en la segunda se definen las comunidades ciudadanas de energía y en ambas aparecen distintas categorías, distintas características para estas comunidades. Las comunidades de energías renovables sólo pueden ser la energía producida con recursos renovables, pero puede ser energía eléctrica y energía térmica. Y si bien, la definición dice que tienen que estar el consumo cerca de la generación. Sin embargo, en la segunda figura jurídica de las comunidades ciudadanas de energía, que está restringida solamente a compartir energía eléctrica, no energía térmica, no se habla de que la generación del consumo tienen que estar próximos, por tanto se entiende que pueden estar distantes. 

En ningún caso los consumidores estarán exentos de pagar el uso de los gravámenes por el uso de las redes eléctricas que corresponda, si hay distancia entre los puntos de generación y los puntos de consumo. Pero estas figuras jurídicas todavía no están transpuestas a la legislación en España. En la legislación nacional sólo tenemos una transposición de la definición de comunidades de energías renovables y, por tanto, no sabemos todavía qué vamos a poder hacer con base en estas figuras para desarrollar proyectos colectivos de producción y reparto de energía. 

Ha sido un placer que nos hayas alumbrado con todas estas respuestas que nos has dado. Esperamos que tengamos un futuro esperanzador para este 2023 con todo lo que estamos comentando. Muchísimas gracias por tu tiempo y enhorabuena por todo tu trabajo. 

Aquí tenéis la entrevista completa: